domingo, 10 de junio de 2012

MUNICIPIO DE LAGUNA DE PERLAS.







Etnias, culturas, gastronomía, turismo ecológico, mar y playa ofrecen a los turistas nacionales y extranjeros las doce comunidades que componen el territorio Laguna de Perlas, en la Región Autónoma Atlántico Sur (RAAS) de Nicaragua. Si usted visita esta paradisíaca zona de nuestro país, corre el riesgo de no querer marcharse.

Hay música y colores; también gente amable y atenta con los visitantes. En estas comunidades pueden disfrutar de caminatas por lindos senderos y observar animales salvajes en su propio hábitat. Puede recorrer bosques en Kahka Creek, en Wawashang y en Orinoco donde se asientan decenas de garífunas.

Existe una gran amalgama cultural en este pedacito de Nicaragua, donde se encuentran creoles, mestizos, miskitos y garífunas. Y esta mezcla resulta muy atractiva para los turistas extranjeros, apunta César Patterson, promotor turístico de Laguna de Perlas.

“La cultura de la Costa Caribe, particularmente la de Laguna de Perlas es una de las demandas de los turistas extranjeros, ellos quieren saber sobre la historia, su gente, sus comunidades, sus cayos”, destaca.


Pero más allá de esa enorme riqueza cultural, Laguna de Perlas cuenta con paisajes excepcionales, entre ellos los 19 bellos cayos que hace poco más de un año fueron declarados Refugio de Vida Silvestre por la Asamblea Nacional. Esto para proteger a las tortugas de carey, langostas, camarones, corales y peces de la zona.

Hay arena blanca como de cristal y agua color turquesa, orquídeas, árboles de coco y bellos edificios para recibir a los visitantes. Con todo, “los Cayos Perlas son un verdadero paraíso tropical todavía no explotado por los turistas nacionales ni extranjeros”, dijo Jorge Webster, un poblador de Laguna de Perlas.

Este paraíso es casi virgen. Y lo está esperando a usted. Un viaje a cualquiera de los Cayos Perlas tiene un costo de 250 dólares, en lancha rápida, cuando el grupo es de cuatro personas. Si es de ocho, el pasaje sube a 300 dólares.

“Cada cayo tiene una capacidad de 15 personas, no queremos meterle más para no afectar su ecosistema, ni el hábitat de las tortugas marinas que ahí desovan”, señala Patterson.

Al pagar el pasaje, se tiene derecho a un día de estadía, hospedaje y alimentación.
fuente:la.prensa

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