miércoles, 23 de enero de 2013

CIUDAD ANTIGUA CIUDAD COLONIAL.


Es una ciudad que debería tener la importancia y el desarrollo de sus contemporáneas, las coloniales Granada y León, con la ventaja de un clima fresco y montañas de pinos alrededor; pero sobre todo, con una larga y trágica historia de invasiones de piratas. Es, sin embargo, uno de los pueblos más olvidados de Nicaragua.
Como su nombre lo indica, Ciudad Antigua es una de las poblaciones más antiguas de Nicaragua. Está en el norteño departamento de Nueva Segovia, y varios historiadores la consideran la tercera ciudad colonial, después de Granada y León, fundada en 1524 por el capitán Francisco Hernández de Córdoba, uno de los conquistadores españoles.
Otros estudiosos sostienen que el fundador fue el capitán de conquista Diego de Castañeda, en 1543; y un tercer grupo atribuye este hecho al gobernador de la provincia de Nicaragua, Rodrigo González de Contreras, en 1545.
En cualquiera de los casos, ocurrió hace más de cuatro siglos y medio, cuando llegaron los primeros españoles a las tierras del Norte nicaragüense, donde estos sufrieron invasiones de indígenas de la costa caribeña aliados con piratas ingleses y franceses, que les obligaron a huir y buscar lugares más seguros para asentarse.
Según crónicas de la época, el primer asentamiento de lo que inicialmente se llamó Ciudad Segovia, fue creado en Panalí, cerca de Quilalí, en 1524 y se mantuvo allí hasta 1611, cuando se trasladó cerca del Río Arrayan (actual Ciudad Antigua), donde se mantuvo por 178 años, hasta que en 1789 por los constantes ataques de piratas, el poblado fue trasladado a San Antonio de Texas, cerca del actual Ocotal, de donde una parte de la población regresó a la ciudad que habían abandonado, pero otros se quedaron y fundaron lo que hoy se conoce como Ocotal.
“Esta ciudad fue saqueada y destruida por primera vez en 1654 por el pirata inglés Henry Morgan, pero los españoles la volvieron a reedificar en el mismo sitio, y allí se mantuvo por varios años hasta que nuevamente fue invadida por los otros grupos de piratas enemigos de la Corona española, entre ellos Edward Davis, en 1685; William Dampier, en 1689; el rey mosco Aníbal, apoyado por los ingleses en 1704; y nuevas incursiones en los años 1709 y 1711, que unidas a las constantes amenazas obligaron a los pobladores a buscar un nuevo asentamiento”, relata Roque Toledo, un historiador local.
Por eso se dice que Ciudad Antigua es una población de peregrinos, que han rodado por toda la campiña del Norte de Nicaragua. Por sí misma la ciudad atrae a muchos visitantes de todo el país, ya que en su templo se encuentra la venerada imagen del Señor de los Milagros, un Cristo Negro tallado en España, que en 1664 la esposa del monarca español Felipe IV, Mariana de Austria, le obsequió a la ciudad.
El 20 se celebran las fiestas patronales
De no ser por las calles que lucen adoquinadas, Ciudad Antigua seguiría teniendo el mismo aspecto de hace varios siglos, porque sus casas mantienen el mismo diseño y estructura colonial de antaño: Paredes de adobe, techos de tejas de barro, puertas de pino, amplios zaguanes, corredores internos, cocinas de barro y hornos al fondo del patio.
Lo nuevo, después 400 años, es el parque arborizado, con una glorieta en el centro, un pequeño bulevar en la entrada, el crecimiento de la población y el aspecto reluciente del exterior de la iglesia, una de las más antiguas de Nicaragua.
“Ciudad Antigua ha sido un lugar muy olvidado a través de toda la historia, no ha sido promovida a nivel de cultura y estructura por ningún Gobierno, la gente aquí es muy pobre y no hay fuentes de trabajo”, opina el párroco local y vicario general de la Diócesis de Estelí, Santiago José Aguirre.
Esta ciudad nunca ha tenido cine, sucursal bancaria, universidad, restaurantes, hoteles ni discotecas, pero la gente vive en una total tranquilidad, porque aquí no hay pandillas juveniles ni escándalos. Las costumbres religiosas están muy arraigadas.
Para divertirse, los jóvenes y adultos disponen de un campo deportivo donde practican béisbol y fútbol después de las labores agrícolas. Otros, juegan partidas de billar en el único establecimiento de ese tipo, donde hay tres mesas para practicarlo.
El mayor atractivo de la ciudad es la centenaria iglesia parroquial, que resguarda la venerada imagen del Señor de los Milagros, visitada por creyentes de Nicaragua y de países vecinos como Honduras, Costa Rica y El Salvador. Nuestra Señora de la Vida es otra imagen con muchos adeptos que llegan a pagar promesas y pegar fotos de familiares que recibieron algún milagro.
El 20 de enero próximo, Ciudad Antigua celebrará sus fiestas patronales en honor al Señor de los Milagros. Desde la bajada del santo, el día 10, la ciudad ha recibido peregrinos que acuden a los oficios religiosos. Los visitantes pernoctan en casas de familiares, amigos y personas generosas que les dan posada. El día 20 es la misa principal y a continuación la procesión solemne, explica el padre Santiago.
“Esta fiesta es la única en Nicaragua que se celebra de forma eminentemente religiosa, pues la gente viene con fe a confesarse, a pagar promesas y no hay nada que les distraiga, porque no se permiten bailes paganos ni juegos de azar, montas de toros ni desfiles hípicos, pues para eso existen otras festividades en otras fechas”, afirma el sacerdote.
Atractivo museo
Otro atractivo de la ciudad es su pequeño museo, bajo el cuido de la iglesia, donde se conservan sotanas y ornamentos religiosos que usaron sacerdotes de finales del siglo XVII, biblias en latín, la pila bautismal de una sola pieza que fue quebrada por el pirata Henry Morgan cuando este invadió e incendió la ciudad, así como libros donde se asentaron nacimientos, confirmas, bodas y bautismos desde 1801 hasta 1843. Este museo fue obra del presbítero Nicolás Antonio Madrigal, considerado un santo por la población.
También hay objetos de uso domiciliar como planchas, faroles y nichos con imágenes religiosas de hace 350 años. Aquí se encuentra un mapa de Nicaragua elaborado hace casi 300 años, en el que Nicaragua aparece con más territorio, porque fue hecho antes de que Costa Rica le arrebatara los territorios de Nicoya y Guanacaste, y que Honduras le quitara Mocorón.
Como vestigios de su pasado colonial, Ciudad Antigua conserva las ruinas de una iglesia, un cementerio y un convento de los frailes mercedarios.
Para visitar esta apacible ciudad, hay que ir preparado, porque aquí solo existe un pequeño hospedaje y un par de comedores con poca capacidad. El único lugar que ofrece atención de bar y restaurante es el negocio de Henry Quiñónez, decorado con elementos naturales como asientos de troncos de madera y promontorios de tierra forrados de grama que sirven de sofá en medio de réplicas de esculturas. Aquí, un servicio de carne a las brasas o un filete jalapeño cuesta C$80.

No hay comentarios:

Publicar un comentario